Calçots: el cultivo

A finales de verano compramos los bulbos de calçot. Se trata de una cebolla blanca especial por su sabor y porque tiene una gran capacidad de romper en muchos tallos que se convertirán posteriormente en los calçots que consumiremos. Pídelas en Cal Tino Garden.

  • Primero debemos preparar el suelo con un laboreo adecuado para poder trabajar la tierra. El abonado lo podemos hacer en superficie o en los surcos donde plantaremos los calçots. En este caso, yo prefiero abonar el surco. Haremos un surco profundo repartiendo la tierra extraída a uno y otro lado del mismo. Después podemos abonar con un abono orgánico, nosotros solemos utilizar un tipo de fertilizante a base de estiércol de oveja que no no aporta semillas de malas hierbas.
  • A continuación, clavaremos en el fondo del surco los calçots, el disco de raíces hacia abajo. Los dispondremos a una distancia (entre ellos) de entre 10 y 20 cm en función del tamaño del bulbo. El siguiente surco lo haremos en paralelo a una distancia de un metro. Hay que tener en cuenta que necesitaremos tierra para aporcar posteriormente.
  • Después regar, si podéis por aspersión. Si el suelo tiene inclinación se deben hacer los surcos en perpendicular a la inclinación del terreno para que, en el caso de que tengamos lluvias fuertes, no convirtamos el surco en una rambla natural que nos arrastrará tierra y bulbos. En el caso de que no haya más remedio se tiene que poner un golpe de tierra cada dos metros aproximadamente para romper la velocidad del agua. Regaremos con frecuencia en función de la climatología, intentando evitar que el suelo se quede excesivamente seco.
  • Los calçots brotarán pronto y, en más o menos un mes o mes y medio, cuando tengan unos 25 ó 30 cm de altura es el momento de empezar a aporcar tierra de uno y otro lado del surco, teniendo cuidado de dejar tallo verde al aire (“calzar” la cebolla, de ahí el nombre del cultivo). La intención de esta operación es etiolar el máximo tallo posible para que se vuelva blanco. La operación de aporcar se puede repetir posteriormente si se considera necesario.
  • Aproximadamente un mes después del aporcado ya se pueden empezar a consumir los primeros calçots, cuando tengan algo más del grosor de un pulgar. Primero sacaremos los calçots que hayan roto en menor cantidad (3 ó 4 calçots por bulbo), que suelen proceder de los más pequeños y también son los que menos tiempo necesitan para crecer. La herramienta ideal para extraerlos es una fanga. Debemos desgajarlos individualmente para cocinarlos.
  • No es un cultivo con problemas fitosanitarios graves asociados. debemos tener precaución en el caso de que el otoño sea muy caluroso y tengamos lluvias frecuentes. En tal caso haríamos bien en hacer algún tratamiento preventivo fungicida antimildu.
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